CASTELLI PRESENTE EN LA MARCHA ‪#‎NIUNAMENOS‬

El día viernes 03 de junio la comunidad de Castelli marcho por segunda vez ante el lema ‪#‎NI‬UNAMENOS.
De la misma participaron diferentes instituciones y autoridades brindando su apoyo a esta convocatoria y a todas las mujeres que sufren día a día esta problemática social.
La movilización comenzó a las 17 horas desde el Hospital del Bicentenario “Gral. Martin Miguel de Güemes” marchando a través de la Avenida Güemes, siguiendo por la Avenida San Martín y finalizo su recorrido en la Plaza Central donde se realizo la entrega de petitorios a Autoridades del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la localidad.
 
El Petitorio:
El femicidio es el más grave y condenable acto de violencia contra las mujeres, que no solo implica un acto de barbarie, sino uno de los síntomas más claros de una sociedad históricamente desigual.
La violencia contra las mujeres, de carácter sistemático en nuestras sociedades patriarcales, ha sido reconocida como un problema que afecta la igualdad y la paz, y viola los derechos humanos.
La necesidad de su erradicación y la responsabilidad de prevención de todas las violencias hacia las mujeres se ven reflejadas en tratados internacionales y en legislaciones nacionales.
Cada poder, cada Estamento del Estado debe actuar conforme los principios que configuran estándares internacionales mínimos, aplicables a todas las jurisdicciones.
El femicidio se circunscribe a un contexto complejo que incluye la trama social, política, cultural y económica que lo propicia, apuntando a las relaciones de poder de una sociedad masculinizada, que mediante estructuras, propaganda, ritos, tradiciones y acciones cotidianas, confirma el sometimiento de las mujeres y de todo lo que se relacione con características consideradas como parte del género femenino.
Los actos como matar, violar y torturar, el deseo de dominar, explotar y oprimir se vinculan con la supremacía patriarcal de género de los hombres, como un mecanismo de control, sujeción, opresión, castigo y agresión dañina que genera poder para los hombres y sus instituciones formales e informales. La persistencia patriarcal no puede sostenerse sin la violencia que hoy denominamos de género.
Entendemos que el machismo está instalado en nuestra sociedad y en esta tarea somos todas y todos responsables. Pero los gobiernos Nacional, Provincial y Municipal, a través de sus tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, son los que tienen el deber inexcusable de construir este cambio social para la prevención, la erradicación y la sanción de todas las violencias contra la mujer, con políticas cuya variable de ajuste no pasen por los cuerpos de las mujeres.
Nos convoca el cumplimiento efectivo de la Ley N° 26.485, y de implementación del Plan Nacional de Protección Integral para todas las niñas, adolescentes y mujeres adultas. La aplicación efectiva de todas y cada una de estas normas en todo el territorio de la provincia. Por esto pedimos:
• Que las leyes prevean los fondos presupuestarios para la aplicación de Programas de Prevención y Asistencia y que cada área del Poder Ejecutivo asigne específicamente las partidas presupuestarias para llevar a cabo las acciones, incorporando un enfoque transversal de género en todas las políticas, planes, programas, proyectos y presupuesto del sector público; y con participación activa de todos los actores sociales, individuales y colectivos.
• La jerarquización de las áreas que atienden a la mujer, como la Línea 137 y Divisiones Policiales de la Mujer en toda la provincia. La creación e implementación efectiva de Equipos Interdisciplinarios para el seguimiento y tratamiento de las víctimas y sus hijos e hijas en todo el ámbito provincial. El adecuado funcionamiento del botón antipánico de parte de las instituciones involucradas; a fin de que asuman un mayor compromiso para evitar la re victimización y desprotección de las personas en situación de violencia.
• Que se destine un cupo de viviendas para las mujeres en situación de violencia y sus hijos, habida cuenta que esta es una de las causales por las cuales las mujeres no pueden salir del círculo violento.
• Continuidad de programas que posibilitan un ingreso básico a las mujeres que no cuentan con recursos.
• Garantizar posibilidades de salida laboral con capacitación para las mujeres en situación de violencia de género.
• Que se incorpore como personal policial a mujeres bilingües en las Comisarías de las zonas con esta población, y efectivicen los equipos interdisciplinarios bilingües para garantizar un real acceso a la justicia por parte de las mujeres de las comunidades originarias.
• Los medios periodísticos que reciben pauta publicitaria deben capacitarse en derechos humanos y hacer un tratamiento de las noticias, programas y propagandas desde una perspectiva de género, con respeto hacia la mujer, niños, niñas y adolescentes, evitando la cosificación y la culpabilización de las personas en situación de violencia.
• Que se sancione a los funcionarios, funcionarias y agentes policiales que no cumplan con las leyes; y a los funcionarios y agentes del Estado acusados de violencia de género.
• Que se cree un Registro Nacional de agresores contra mujeres, niños, niñas y adolescentes, con el tipo de violencia y/o abuso que se cometió.
• Garantizar el cumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral vigente, incorporando los saberes culturales de los pueblos originarios.
• Las obras sociales deben incluir en sus prestaciones asistenciales el reconocimiento de tratamientos terapéuticos de las mujeres y de sus hijos afectados por la violencia familiar.
• Solicitamos firmeza política para lograr el desmantelamiento de las redes de trata en las cuales casi siempre están involucrados actores del Sistema Judicial y Policial, con la connivencia de funcionarios políticos. Separar del cargo a los funcionarios cómplices.
• Que se respete cabalmente nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
• Diferenciar a los femicidios, travesticidios y lesbicidios de los homicidios, ya que el término homicidio nos resulta muy neutral. Porque diferenciarlos permite ubicar a estos asesinatos dentro de las relaciones sociales de género desiguales que hacen que los mismos sean posibles y donde además, los crímenes son la forma visible que adquieren múltiples violencias cotidianas. Necesitamos crear nuevos nombres para hablar de formas extremas de violencia que puedan producir muertes y tienen su causa en entramados culturales misóginos, de rechazo y odio hacia cualquier identidad sexual, expresión o identidad de género que se aparte del sistema normativo heterosexual, patriarcal y binario, que pretende perpetuar su control y dominio sobre nuestros cuerpos y que se expresa con saña, crueldad, violaciones y abandono.
• Crear conciencia de que los femicidios no se deben a hechos aislados o excepcionales, realizados por un “loco”, “por emoción violenta”, no son “crímenes pasionales”, o “arrebatos de locura”, como si se tratara de algo “irrefrenable” o “instintivo”.
• Exigimos que los discursos médicos, psiquiátricos, psicológicos, juristas y de los medios de comunicación, dejen de desresponsabilizar a los asesinos, al estado y a la sociedad; patologizando al asesino y culpando a la víctima.

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